15 noviembre, 2009

Cartas


Tus manos, las mías

Mi dedo índice recorriendo tu espalda.

¿Recuerdas? Agosto, calor húmedo, Calblanque, noches llenándonos la ropa de arena...


Me transportabas a otra realidad, lejos de la monotonía.

Somos tan distintos, pero tan iguales, que hay algo que me sigue enganchando a tí, ¿curiosidad?, ¿inquietud?, ¿atracción? No lo sé, sólo sé que quiero descubrirte, desnudarte, anhelarte.


Eres libre, tu mirada me hace libre, me desviste y me hace vulnerable. Me intimida, me da alas.

Eres soñador, imaginas alcanzarlo todo, vivirlo todo.
Yo, soñadora, imagino alcanzar tus pensamientos y entrar en ellos sin llamar.
Pero de momento me conformo con arrancarte mil sonrisas y disfrutar de lo que tenemos...
...ahora, los dos*

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